NJN #020 La salida de balón - Parte 1
En los últimos tiempos la salida de balón se ha transformado en uno de esos puntos que generan polarización y debate. Me temo que en este caso, como en la inmensa mayoría, el debate es artificial. Provocado por algunos a los que no les interesa hablar de fútbol, sino que sólo buscan generar conflicto.
Por eso, me gustaría llevar a cabo un ciclo de varios números de Nuestro Juego dedicados a la salida de balón jugado desde atrás. O como a mí me gusta llamarlo: salida de balón de parado y salida de balón en juego.
Aquí va un ejemplo de cada una de estas categorías.
Salida de balón en juego:
Salida de balón de parado:
Sin embargo, antes de arrancar a hablar del juego propiamente dicho me gustaría plantear una reflexión:
Para poder hablar de este asunto, lo primero que hay que hacer es poner las cosas en contexto. La salida de balón, así como cualquier otro elemento que podamos distinguir (que no separar) en el juego no se produce de forma aislada.
Ocurre en determinadas circunstancias, con determinados jugadores, en un equipo que tiene un entrenador que pone el foco en ciertas ideas futbolísticas y sociales por encima de otras y que, por lo tanto, fomenta una cierta cultura táctica a través de las actividades de entrenamiento que se desarrollan durante la semana.
No hay recetas. No hay que copiar. No debemos imitar. Desde luego, es legítimo buscar inspiración en el juego de aquellos equipos que nos emocionan. Es normal tomar ideas "prestadas". Pero, por encima de todo, tenemos que ser nosotros mismos. Y serlo a la vez que permitimos que otros también lo sean, en la medida de lo posible.
La primera pregunta que debemos respondernos cuando queremos promover una u otra salida de balón tiene que ser "¿por qué?" seguida de inmediato por un "¿para qué?".
Puede haber infinidad de respuestas a estas preguntas. Hay multitud de prismas a través de los cuales analizar el juego, nuestra actividad de entrenadores e incluso la vida. Algunos se situarán en un plano estrictamente productivo y funcional, como si un equipo fuese una máquina o una empresa a la que hay que sacarle rendimiento. Otros se situarán en un plano filosófico. De hecho, cada vez que nos posicionamos con respecto a cualquier situación estamos adoptando una postura filosófica, nos guste más o menos. También habrá quienes harán valoraciones estéticas, entendiendo el juego como un espectáculo o como una forma de trascender más allá de lo ordinario y corriente de un resultado.
Todas las posturas coexisten. Es sano y necesario que así sea. El índice de ponderación que otorguemos a cada una de ellas tendrá que ver con multitud de factores: nuestra personalidad, la situación en la que se encuentre el club en el que trabajamos, o el nivel formativo o profesional de nuestros jugadores, por nombrar algunos.
Como humano que soy, carezco de objetividad. Tengo mis propias respuestas a las preguntas "¿por qué?" y "¿para qué?".
De hecho, sería interesante que cada uno de nosotros se plantee estas cuestiones ya que de las respuestas que demos surgirán otras preguntas igual de relevantes: "¿cómo?" y "¿con quiénes?".
En las próximas semanas les contaré mis puntos de vista acerca de estos asuntos. Espero que me acompañen.
Gracias por estar.
Un saludo,
Camilo